Una alternativa paralela.
El Gobierno de Colombia ha
anunciado la construcción de 100 Mil
viviendas gratuitas para” los más pobres de los pobres”. Una meta ambiciosa pero indudablemente reducida frente
al enorme déficit habitacional existente
calculado en alrededor de 5 Millones
de viviendas, lo que quiere decir que para aproximar la erradicación del
problema habría que construir y regalar
otras 49 veces la cifra de unidades habitacionales anunciadas, un desafío
imposible de lograr por el enorme flujo de recursos que se necesitarían.
Frente a la realidad de las
posibilidades financieras, existe la alternativa paralela de la autoconstrucción
dirigida. Colombia cuenta con experiencias probadas en este campo, exitosas,
existentes y siempre más económicas, como los proyectos desarrollados en el
Distrito de Aguablanca en Cali por la Fundación Carvajal y los programas
llevados a cabo en Barranquilla y Cartagena por la Fundación Mario Santo Domingo,
mediante los cuales se habilitaron por este sistema miles de viviendas de
interés prioritario, construyéndolas o mejorándolas. Citando cifras en base a
estas experiencias, hoy con $ 20 Millones en promedio por vivienda, en
materiales de construcción, se logra construir
una vivienda de interés social y
con la mitad de esta suma se logra reconstruirla totalmente.
La autoconstrucción produce
impactos que logran unir familias y
comunidades para habilitar las casas, crea relaciones de amistad entre los futuros
vecinos, produce lo que se denomina tejido social por el esfuerzo y resultados
de los sectores comprometidos, entre
ellos numerosas ONG que se encargan de dirigir los programas, organizar los
equipos de trabajo y coordinar las tareas de especialistas,voluntarios y
practicantes, entre ellos estudiantes de últimos años como trabajadores
sociales, sicólogos, ingenieros y arquitectos, quienes además sensibilizan sus
vidas frentes a las realidades que sienten, ven y viven, mientras ayudan en los
procesos de autoconstrucción y creación de nuevas comunidades responsables.
La autoconstrucción, además,
siempre es más económica, genera empleos directos para los mismos beneficiarios y logra el mejor
aprovechamiento de tierras existentes con servicios públicos en numerosas áreas
urbanas, permitiendo duplicar y triplicar el uso de las áreas, construyendo
dobles o triples pisos e incluso dividiendo en iguales proporciones las
unidades habitaciones que cuentan con espacios
suficientes , presentando una alternativa posible también para eliminar las carencias de tierras
urbanizables y la falta de servicios públicos en ciudades y regiones.
Una alianza entre el Gobierno
Nacional como financiador, empresarios como productores de materiales y constructores de las obras de
infraestructura y ONG como los
ejecutores y coordinadores de las acciones y procesos, permitiría sin
duda duplicar y cuadruplicar la meta de nuevas viviendas para aquellos “mas
pobres de los pobres”, impactando en mayor proporción para disminuir la brecha
de las desigualdades en Colombia.
Marciano Puche Uribe
presidencia@fedecaribe.org.co
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