Estos negocios incluyen a la población vulnerable como clientes, por el lado de la demanda y, como empleados, productores y propietarios de negocios en las distintas partes de la cadena de valor, por el lado de la oferta.
Estos modelos tienden puentes entre los negocios y la población vulnerable para su beneficio mutuo. Por tanto, los negocios inclusivos ven en las cientos de millones de personas de bajos recursos potenciales socios y a la vez un mercado objetivo interesante.
Los negocios inclusivos tienen que ser viables, productivos, sustentables y financiables; asimismo deben ser del giro del negocio, no pueden estar por fuera de la empresa. Una particularidad primordial de los negocios inclusivos es que no solamente genera ganancias para la empresa, sino para la población vulnerada envuelta en el proceso, se trata de un “ganar , ganar” "más , más, bajo el concepto de igualdad y resposabilidad con el otro.
Los negocios inclusivos se diferencian de la filantropía y la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). La filantropía es una actividad dedicada a efectuar donaciones a determinados grupos de personas; no promueve un impacto social sostenible ni continuo. Por su parte, la RSE, señala Gonzalo Calderón, Representante Residente Asistente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se ocupa de medio ambiente, salud y educación, es decir que principalmente se enfoca en tres de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, obejetivos muy sonados, pero limitantes.
Más importante aún, la RSE se convierte en una acción aparte del negocio de la empresa. Otra característica fundamental de los negocios inclusivos, es que no pueden ser categorizados, se trata, como manifiesta Calderón de que estos vayan creciendo, por ello no pueden ser restringidos a un esquema único. Depende de la creatividad e innovación del empresario, su capacidad de implementar un negocio, y las necesidades de su entorno las que determinarán su modelo propio. En pocas palabras, no hay límites para estos negocios.
Estos modelos tienden puentes entre los negocios y la población vulnerable para su beneficio mutuo. Por tanto, los negocios inclusivos ven en las cientos de millones de personas de bajos recursos potenciales socios y a la vez un mercado objetivo interesante.
Los negocios inclusivos tienen que ser viables, productivos, sustentables y financiables; asimismo deben ser del giro del negocio, no pueden estar por fuera de la empresa. Una particularidad primordial de los negocios inclusivos es que no solamente genera ganancias para la empresa, sino para la población vulnerada envuelta en el proceso, se trata de un “ganar , ganar” "más , más, bajo el concepto de igualdad y resposabilidad con el otro.
Los negocios inclusivos se diferencian de la filantropía y la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). La filantropía es una actividad dedicada a efectuar donaciones a determinados grupos de personas; no promueve un impacto social sostenible ni continuo. Por su parte, la RSE, señala Gonzalo Calderón, Representante Residente Asistente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se ocupa de medio ambiente, salud y educación, es decir que principalmente se enfoca en tres de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, obejetivos muy sonados, pero limitantes.
Más importante aún, la RSE se convierte en una acción aparte del negocio de la empresa. Otra característica fundamental de los negocios inclusivos, es que no pueden ser categorizados, se trata, como manifiesta Calderón de que estos vayan creciendo, por ello no pueden ser restringidos a un esquema único. Depende de la creatividad e innovación del empresario, su capacidad de implementar un negocio, y las necesidades de su entorno las que determinarán su modelo propio. En pocas palabras, no hay límites para estos negocios.
Cindy Altamiranda - comunicaciones@hotmail.com
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